Bienvenid@ a este completo manual exclusivamente dedicado al correcto mantenimiento de pérgolas de madera. En los próximos renglones vas a aprender todo lo necesario para conservar adecuadamente tu pérgola, para que puedas disfrutar de ella casi indefinidamente.


Pero antes de empezar a ver los pasos a seguir para el mantenimiento, tenemos que entender un concepto clave: la madera siempre está viva.
Esta es la parte más relevante. Aunque el árbol ya haya sido cortado, la madera es un material que reacciona mucho a las condiciones climáticas, por eso decimos que “siempre está viva”.
Esta reacción se produce por los cambios de temperatura y humedad, y lo que sucede es una expansión y contracción constante de los poros de la madera, según las condiciones climáticas.
Al expandirse y contraerse con tanta facilidad, rompe la estructura de la capa de protección, ya sea barniz o lasur.
Es por eso que estas estructuras de madera tan expuestas a las inclemencias necesitan un mantenimiento correcto y, muy importante, un mantenimiento periódico. Es la única manera de asegurar una larga vida útil.
Oks, una vez dicho esto… ¡Manos a la obra!
Primer paso: Evaluación visual.
En primer lugar, hay que observar en qué estado se encuentra la estructura de madera.
Esta parte es crucial; solo una correcta valoración del estado actual nos va a permitir tomar las decisiones correctas.
Los puntos a los que vamos a poner especial atención son:
- Determinar el tipo y estado de la capa protectora. Necesario para decidir si se va a sustituir entera o solamente se va a reforzar.
- ¡Muy importante! Asegurarse de que están bien selladas las uniones sensibles a la humedad; la humedad es el medio de cultivo del moho, y es el moho el que se come la madera. Es por eso que es crucial que los puntos más sensibles, que son las uniones, estén perfectamente selladas.
- Por último, vamos a valorar el estado estructural. Necesitamos decidir si hay piezas que se deban sustituir antes de realizar ningún otro trabajo.
Segundo paso, reapriete y sustitución de piezas.

Realizar un reapriete de la tornillería y sustitución de piezas en caso necesario es clave para el cuidado de tu pérgola.
Las pérgolas son estructuras de exterior y, normalmente, elementos portantes para toldos o plantas que dan sombra. Es por esto que están muy expuestas a los golpes de viento. Con el tiempo, estos golpes de viento hacen que las uniones cojan holgura y al final terminan “bailando”. Para evitar esto, es crucial realizar un reapriete periódico de la tornillería, al menos una vez al año.
Además, es una excusa genial para revisar si alguna pieza se ha empezado a pudrir. Segundo punto muy importante, porque la mayoría de las veces, con solo cambiar las piezas que están en mal estado, en vez de cambiar la pérgola, podemos ahorrarnos mucho dinero.
Tercer paso: Limpieza
Una vez que tenemos las uniones de la estructura firmemente apretadas y hemos sustituido todas las piezas que estaban en mal estado, es hora de liarnos con la capa protectora. Pero para poder aplicar una nueva capa, el primer paso es eliminar toda la suciedad, moho y restos de barniz en mal estado.
Y la mejor manera para limpiarla por completo es usar una hidrolimpiadora, una Kärcher, vamos. La que usamos en casa para limpiar el patio o el coche es perfecta. En caso de tener que comprar una, tenemos un montón de modelos en el mercado, pero si tenemos que destacar una, a mi gusto, la Kärcher K3 es la que destaca. Es una máquina que funciona fenomenal y por un precio de lo más competitivo.
Así es que, sin miedo, agua a presión a toda la pérgola para quitar el polvo y suciedad. Y sé lo que te estás preguntando: «¿Pero agua a la madera?». ¡Sí! A la madera le gusta el agua y no le pasa nada malo por limpiarla con la Karcher; todo lo contrario, el agua a presión levanta todo el polvo, el moho y los restos de la capa protectora vieja, limpiando los poros de la madera para que pueda absorber bien el nuevo barniz. ¡Y además con el mínimo esfuerzo!
Luego dejar secar muy bien antes del siguiente paso.
Cuarto paso: Lijado
¡Ojo! Ahora la cosa se va a poner un poco delicada, pero no porque sea complicado, sino porque hay que tener un poco de tacto; es hora de lijar.

El truco en esta fase es, como se suele decir, “despacito y con buena letra”; vamos a empezar pasando una lija fina, sobre todo en las zonas más expuestas y deterioradas.
Queremos conseguir dos cosas: darle suavidad a la madera eliminando todas las fibras que se hayan levantado y cerrar los poros.
En el caso de estar algo más deteriorada o que no queden restos del producto anterior, tenemos que pasar una lija algo más gruesa y luego la fina para cerrar el poro.
Hay que tener mucho tacto si se va a lijar a máquina; si no se tiene experiencia con la máquina, es mejor lijar a mano, para no estropearla. Porque la máquina come mucha madera y no queremos quitar más de lo necesario.
Quinto paso: Barnizado

Por último, la piel; es hora de aplicar el producto para protegerla de las condiciones climáticas, y tenemos tres opciones diferentes:
Un aceite protector es una muy buena opción; lo absorbe la madera protegiendo desde el interior; además, hay variedad de colores, y sobre todo no genera capa, lo que nos da un tacto excelente en el acabado, a madera natural.
El lasur también sería buena opción, ya que tampoco genera capa y es algo más económico. Este producto está hecho con resinas especiales que se absorben por la madera tapando los poros desde el interior. Al igual que el aceite, nos queda un tacto a madera natural.
El barniz es la tercera opción; genera capa y cada vez que se haga mantenimiento habría que lijar. Si quieres mi sincera opinión, si puedes, evita el barniz a menos que estés buscando este acabado brillante que deja. Es el producto más difícil de aplicar y que necesita más mantenimiento. Además, como hemos dicho, el año que viene, cuando haya que volver a hacer la operación de mantenimiento, vas a tener que volver a lijar en profundidad si quieres obtener un buen acabado. Y lijar siempre es un problema, más si tenemos que quitar una capa sustancial.
Cualquiera de los productos los vas a aplicar con rodillo. Los rodillos de espuma funcionan muy bien, pero si quieres un truco de maestro carpintero, busca un rodillo de piel de melocotón con el borde redondeado.


Y para barnizar, recuerda, las pasadas con el rodillo tienen que ser lo más largas posibles, a ser posible a todo lo largo de la pieza, ya sea una viga o un pilar, para no dejar líneas. Además, te recomiendo encarecidamente que evites aplicar estos productos en momentos en los que le esté dando el sol directo, a menos que tengas bastante experiencia con ellos. Es solo porque los absorbe la madera muy rápido y hay que ir ágil pintando para no dejar esas líneas de las que hemos hablado que le dan un aspecto feísimo a la estructura. Por supuesto, todos los productos llevan protección ultravioleta y fungicidas. Que nos gusta mimar la madera.
Truco extra para alargar la vida útil:
Es recomendable en el caso de tener una pérgola de madera, instalar chapas tipo sombrero en la parte superior de las pérgolas (travesaños), para un menor deterioro.
Espero que te haya gustado esta pequeña pero completa guía de mantenimiento para tu pérgola, pero sobre todo que te sirva si te animas a hacerle el mantenimiento tú mism@. Y por supuesto, si lo prefieres, estamos a tu disposición para hacerlo fácil y rápido, sin que te tengas que preocupar.
¡Muchas gracias por tu tiempo! Y no olvides compartir esta guía con familiares y amigos que tengan estructuras de madera en el jardín. Que es una pena tenerlas feas por no dedicarles un poco de tiempo al año para darles un correcto mantenimiento.
¡Gracias!
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